Resumen

El descubrimiento del efecto fotovoltaico se remonta a 1839, en Francia, por Edmond Becquerel. Inicialmente utilizado para la medición de la iluminación, las aplicaciones energéticas no comienzan realmente hasta la invención de dispositivos de silicio en 1954 y las necesidades de la industria espacial naciente.

Para llegar más lejos

La primera descripción del efecto fotovoltaico se remonta a 1839 [1], fue reportada en una comunicación a la Academia de Ciencias por Edmond Becquerel (el padre de Henri Becquerel, descubridor de la radiactividad natural, con quien a menudo se le confunde). Al darse cuenta de que la luz puede generar una corriente eléctrica en la interfaz entre un electrodo metálico y un electrolito, desarrolló el primer detector de intensidad de luz.

El efecto fotovoltaico en un material sólido, el selenio, fue demostrado en 1879 por W. Adams y D. Day, abriendo la puerta a las primeras aplicaciones, concretadas por Charles Fritts, quien fabricó la primera célula solar funcional e instaló el primer sistema fotovoltaico en un tejado de Nueva York en 1884 [3]. La eficiencia aún baja de menos del 1% limita las aplicaciones comerciales en el campo de la generación de energía.

Tras los avances en la ciencia de los materiales y la física de los semiconductores, aparecieron los primeros diodos de electrones, y Russel Ohl fabricó la primera célula solar basada en silicio en 1941. Esto se perfeccionó, y en 1954 Chapin, Pearson y Fuller demostraron un rendimiento del 6%. Esta tecnología se utilizó en 1958 para alimentar el satélite estadounidense Vanguard, inaugurando las primeras aplicaciones industriales.

A continuación, se puso en marcha el desarrollo de la tecnología y sus aplicaciones, especialmente en el espacio. En el futuro se descubrirán muchos más materiales y sistemas para la conversión fotovoltaica, los rendimientos seguirán mejorando y las tecnologías seguirán mejorando, lo que permitirá reducir los costes y mejorar la fiabilidad. Las aplicaciones terrestres crecerán a un ritmo exponencial con una duplicación de la producción cada 2,5 años durante las últimas 3 décadas, y una reducción del 25% en los costos con cada duplicación [4].

Referencia

  1. BECQUEREL (A.E.). – Mémoire sur les effets électriques produits sous l’influence des rayons solaires. Comptes Rendus, vol. 9, p. 561-567 (1839).
  2. https://www.ise.fraunhofer.de/content/dam/ise/de/documents/publications/studies/Photovoltaics-Report.pdf